viernes, 28 de noviembre de 2014

Facebook y el fin de la privacidad

Por Javier Alejandro Ramos



Facebook ha lanzado sus nuevas reglas, a aplicarse desde el 1 de Enero del 2015. Dorando la píldora y señalando que las mismas son para brindar mayor protección a la gran cantidad de usuarios activos existentes (unos 750 millones), la red social más importante del mundo, se apresta a modificar una serie de aplicaciones que podrían parecer inocuas y hasta positivas, pero que merecen un estudio más exhaustivo, ya que se refieren a información sensible que involucra la privacidad de las personas, e incluso su geolocalización en virtud de las nuevas herramientas informáticas y de comunicación celular móvil.

Ante las recientes amenazas de Anonymous y otros hackers de deshabilitar la red social, Facebook señala que los cambios en la configuración permitirán controlar mejor no sólo la privacidad de la información que se desea compartir, sino también los anuncios publicitarios que uno puede colocar. Asimismo, indica que se podrá hacer transacciones comerciales dentro de la plataforma, con mayor seguridad.



Miles de personas han comenzado a pegar en sus muros una carta en la que restringen el derecho a Facebook para usar su información confidencial, y se amparan en una serie de normas. Es un intento vano. La compañía de Zuckerberg puede cambiar las reglas a su antojo, y si no nos gusta, la única opción que hay es darle clic al botón "eliminar cuenta".

El experto peruano en redes sociales Juan Carlos Luján ha señalado que "Facebook tiene la sartén por el mango" y que "la misiva tendrá tanto efecto como un memorial para que Manuel Burga se vaya de la Federación Peruana de Fútbol". Gracias a estas nuevas normas, podrán saber hasta cuanta batería gasta tu teléfono. Es decir, el espionaje en su máxima expresión, envuelto en un paquete vistoso y divertido.

Los servicios de inteligencia se frotan las manos. No tienen necesidad de gastar millones en averiguar la vida y milagros de quien le plazca, si todo el mundo pone en FB voluntariamente donde está, haciendo qué, cuales son sus intereses principales y sus relaciones amicales, profesionales y sentimentales.



Facebook sabe cómo piensas en materia de política, religión y deporte, por quien votas, cuales son tus gustos gastronómicos, cinematográficos y televisivos, si somos participativos o borregos respecto a las tendencias imperantes. Facebook conoce hasta la última coma de tu CV aún antes que lo envíes para postular a un trabajo, sabe en qué cama duermes y con quién. recopila toda la información de tus contactos, registra tus visitas a los distintos sitios webs sabe qué compras y cuánto pagas por ello.

Su capacidad de monitoreo se ampliará en virtud a las nuevas normas, pues podrá usar la información de sus servidores para los fines que crea pertinentes. Es decir, un nuevo golpe a la propiedad intelectual.

Según las reglas a aplicarse desde enero (un eufemismo, ya que nada nos asegura que no se están usando ya) aún si borras una foto o te desetiquetas de un archivo compartido, la acción no se ejecutará de inmediato, y el contenido eliminado puede seguir alojado en los servidores de FB por un tiempo razonable,



Y todo lo que publicas ya no no es tuyo. Cedes tus derechos de PI (Propiedad Intelectual) a Zuckerberg y compañía. En virtud a los derechos que les concedes al aceptar las políticas de privacidad (si no lo haces estarás desconectado, serás un paria, o se te eliminará) toda información en texto, gráfica o audiovisual de tu persona estará en la base de datos de Facebook. ¿Con qué fines? Imposible saberlo por ahora.

¿Irse o quedarse? Es decisión personal, así como también ser más discretos a la hora de compartir información confidencial. Si lo que publicas es irrelevante para los gobiernos (o los delincuentes) ok, pero si puede servir de herramienta que podría ser usada en tu contra, mucho cuidado.




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