Por Javier Alejandro Ramos
El arte es no sólo inspiración, musas que circunstancialmente se aparecen para iluminar la mente de escritores, pintores, músicos, escultores o cineastas, y los impelen a un estado de sensibilidad creativa. Que esto se da, es probabablemente cierto, pero también existe mucho de metodología, planificación e investigación. Y si a esto se suman un talento natural y verdadera dedicación, tendremos resultados sorprendentemente agradables.
Kathryn Páucar (Chincha, 1986) es un claro ejemplo de esto. Bebió naturalmente del arte gracias a la afición de su padre por la escultura, y decidió estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes, de donde egresó en el 2011 con la Medalla de Plata, habiendo sido declarada desierta la de Oro.
Kathryn pasó por todo el proceso académico clásico, que da formación uniforme y materia prima a los estudiantes de arte, pero arriesgó poco a poco, abriendo nuevos horizontes, y su obra fue ganando reconocimiento, tanto en Lima como en diversas provincias, y en el extranjero. Durante tres años fue finalista del premio "Luis Hochschild". Pudo haber estado en Francia hace poco ya que ganó una residencia para estudiar ahi, pero decidió madurar un poco más, y en pocos días enrumbará a México para estudiar Arte Contemporáneo por dos años, becada por SOMA, una organización azteca dedicada al intercambio cultural y la enseñanza de las artes.
Hace unos días asistí a su casa, motivado por mi querida amiga Asela Ríos, una enamorada de las artes plásticas. Una de las obras de Kathryn, publicada en su blog y su cuenta de Facebook, llamó mi atención. Se llama "31 Formas de Olvidar a tu Ex" y decidí ir con Asela a este evento.
Antes de degustar la sabrosísima carapulcra chinchana con sopa seca que su familia preparó para esta sencilla "exposición-despedida" en la que se desprendía de muchas de sus primeras obras para apoyarse financieramente en el próximo viaje a México, conversé con Kath y descubrí a una muchacha muy valiosa, muy centrada, muy comprometida con su vocación, con sólidos argumentos sobre el tipo de arte que desea desarrollar en adelante. Ella trabaja en metal, madera y cartón. Pinta, esculpe, escribe. Es bastante completa.
Kath planifica su trabajo con meticulosidad, con rigor. Casi una década después que sus padres vendieran la casa de Chincha y se trasladaran a Lima con sus hijos, nuestra artista volvió a su ciudad natal, descubrió que los nuevos dueños alquilaban habitaciones, y se hizo pasar por una inquilina. La idea era hacer el recorrido histórico de un espacio arquitectónico, en el que además habitaban recuerdos infantiles.
Y así trabajó otros proyectos temáticos como una "intervención" y registro fotográfico en Cerro de Pasco del colectivo "Afuera"; una performance llamada "Habitar un Vestido" para opinar sobre la moda, los cuerpos como estereotipo, las dietas o los desórdenes alimenticios; mezcla de pintura y poesía en "Obsesiones no Contempladas"; y "31 Formas de Olvidar a tu Ex", una investigación realizada durante un mes preguntando a una persona diaria (hasta el 14 de Febrero) cómo hicieron para superar una relación amorosa rota. Interesante documento que, a manera de manual de vida para derrotar la dependencia afectiva, presentó en cajitas de cartón y fichas con los tips proporcionados por la gente entrevistada, y que repartió en diversos lugares de Lima el mismo Día de los Enamorados del 2012.
La obra de Kathryn Páucar habla por sí sola. Hay en ella un discurso sólido sobre la vida, la sobrevivencia, el reinventarse, la resurrección del espíritu. Estoy seguro que dará mucho que hablar más adelante, pues en México obtendrá tanto nuevas experiencias personales como técnicas artísticas que la harán evolucionar aún más...Y en poco tiempo esperamos tenerla de nuevo aquí, presentando una exposición de su arte temático, aquel que desde ahora ya nos hace pensar en los espacios y la libertad.
Aqui, uno de sus poemas, llamado "Declaracion de Desamor".
Yo soy el sí de tus nos eternos,
Y la esperanza disfrazada de ramera,
que no esperas.
La niña ingenua,
que te arrebata besos dolorosos,
y de tu ayes…
el extraño alivio.
Soy los personajes que modelas
todos los días.
Solo que yo
jamás me moveré de aquí.
Porque me fascina verte,
cansado de la vida
y de todo lo que tocas.
Soy tu eterna Penélope,
el cactus que riegas una vez por semana
y tus sueños imposibles.
El Padrenuestro que nunca rezaste
y la hostia que aun
molesta tu boca.
El principio y el final
de tu día.
El verano que tanto odias
y tu imposible deseo
de amar.
Soy todas tus esperanzas juntas
y todo tu pesimismo vivo.
Soy el costado que te falta
para que seas tú.
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