jueves, 5 de octubre de 2017

El día del desahueve

Por: Javier Alejandro Ramos

Muy posiblemente debido a que en nuestra patria queda un sordo resentimiento que vive ya algunas  generaciones, desde hace un siglo y medio, por la derrota sufrida contra Chile por la Guerra del Pacífico, es que se ha dado en llamar "clásicos" a los encuentros futbolísticos entre ambas selecciones, pero lo cierto es que los partidos disputados por Perú y Argentina han sido los más dramáticos, los que se viven más al filo del asiento con el corazón estrujado, pues sus resultados siempre fueron determinantes, y esta vez no es la excepción.



Por tercera vez en la historia, los equipos de Argentina y Perú llegan a un partido que define el ingreso de una de las selecciones al Mundial, a disputarse el próximo año en Rusia, y la decepción de la otra. Si bien ha habido muchos más encuentros entre ambas escuadras en Eliminatorias (y también por Copa América, y alguno olvidable, por lo vergonzoso, en  Mundiales), son tres las veces en que las cosas han estado así de claras: Uno va y el otro no. Y el asunto está empate. Hoy es el día del juicio, del quiebre, del desahueve.

La primera ocasión fue en 1969. Todo el mundo habla de ello ahora. Los dos goles de Oswaldo "Cachito" Ramirez en el mítico estadio de La Bombonera (donde hoy se juega también la vida el equipo rojiblanco) le dieron el boleto a Perú para el Mundial de México 70, y los argentinos tuvieron que ver la máxima fiesta del fútbol por televisión, picones más que por los goles, por la irreverencia y palomillada de Roberto Challe, quien no arrugó en ese monstruo de los estadios, sino que se burló cuanto quiso de los albicelestes.



Y la otra fue para el Mundial de 1986, coincidentemente también a jugarse en tierras aztecas. Aquella vez, Argentina sacó a Perú de la cita máxima del balompié, apelando a todos los recursos posibles, vedados o no. Fue en esos encuentros entre ambas selecciones donde se inventó el marcaje hombre a hombre como estampilla (Luis Reyna se convirtió en la sombra del astro gaucho Diego Armando Maradona, y lo desapareció del gramado), y también la salvajada más grosera vista en un campo de fútbol, cuando el jugador argentino Camino entró a la cancha con solo un propósito, romperle la pierna al delantero incaico Franco Navarro. Al final Ricardo Gareca, paradójicamente entrenador de la selección peruana en este proceso, y entonces atacante de su combinado, les dió el triunfo y el boleto a México.



Del extraño y humillante 6 a 0 que nos propinó la albiceleste en el Mundial realizado en su país el año 1978, nadie quiere hablar. Se especula que hubo un arreglo entre tiranos (ambas naciones estaban gobernadas por dictadores militares),  pues en Argentina se vivía una crisis total, y era necesario darle una alegría distractiva a una población harta ya del autoritarismo de Videla. Si corrió plata, nunca se sabrá. La prensa ya hablaba por entonces del Plan Cóndor. Si los gauchos no le metían 6 goles a Perú no pasaban a la siguiente ronda, que era la antesala de la final. Como era de esperarse, ganaron su Mundial.










Muchos otros momentos dramáticos han tenido los partidos entre ambos equipos, como el gol del "Diablo" Eddy Carazas durante la Copa América de 1997, en Sucre, que le significó un 2 a 1 a favor para Perú; o el empate conseguido por Johan Fano tras un carrerón de antología del "Loco" Juan  Manuel Vargas durante las Eliminatorias para Sudáfrica 2010; el tenso encuentro de vuelta aquella misma vez, en que iban 1 a 1 con goles de Higuaín y Rengifo... los argentinos, dirigidos por Maradona,  debían ganar o no iban al Mundial, y consiguieron un agónico triunfo gracias a Martín Palermo ya en tiempo de descuento; y finalmente, el penal fallado por Claudio Pizarro ante el portero gaucho Romero por las Eliminatorias para Brasil 2014.

La historia es otra ahora. En la última Copa América y en el partido de ida en Lima, Perú le ha jugado bien a Argentina. Con nuevas figuras fogueadas por Gareca, el cuadro bicolor llega con la moral al tope y con confianza, sin miedo ni mirando al rival como superior.

Pero no será nada fácil. Ese estadio presiona, y mucho. Miles de argentinos puteando a la blanquirroja es apabullante..... Messi es un jugador desequilibrante además, puede cambiar la historia de un encuentro en un par de minutos.... Y juega también lo extra deportivo, fuera de que nos entrene un argentino que ya nos sacó de un Mundial una vez.... El fútbol es más que una pasión de multitudes, es un millonario negocio, y Argentina vende más entradas que Perú en un Mundial, hay que hablar claro. El presidente de la FIFA, aquella corporación que se descubrió hace un par de años que albergaba a una de las redes criminales más importantes del mundo, está en Buenos Aires para una "casual" visita. Ojalá no haya ido a saludar a los árbitros.


Con mucho en contra, sin embargo hay fe. Pese a no contar con Cueva, Carrillo y algunos otros jugadores en este encuentro, el Perú le tiene confianza a su ídolo Paolo Guerrero (que ya mojó las redes argentinas), como a "Oreja" Flores, a Gallese, a Trauco, a Tapia, a Yotún, y a Jefferson Farfán, que debe reivindicarse. Ojalá logren la hazaña. La esperanza de un país está en sus chimpunes, y no en un indulto. A cantar el himno con fervor.





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